Ginecóloga explicando y mujer confusa con su pareja

¿Hasta cuándo hay esperanza en un tratamiento de reproducción asistida?

Tener esperanza en los procesos de fecundación artificial o reproducción asistida (inseminación artificial, fecundación in vitro, inyección intracitoplasmática de espermatozoides, diagnóstico genético preimplantacional…) resulta fundamental para conseguir el objetivo de la descendencia. Eso lo tenemos claro quienes trabajamos en la Clínica IREMA.

No cabe duda de que la reproducción asistida, que antaño se veía como un último recurso del que poco se hablaba, se ha convertido en una alternativa muy válida para tener hijos. No en vano, en 2012, ya ascendía al 3 % el número de niños que nacía en nuestro país mediante estas técnicas. Y este incremento de la importancia de la reproducción asistida también estaba asociado a unas mayores dificultades para concebir por parte de algunas parejas, afectadas por determinados hábitos disfuncionales para la procreación que forman parte de las dinámicas habituales de la vida moderna.

Por otro lado, también hemos de ser realistas y tratar a nuestros pacientes como los mayores de edad que son. Existe una alta probabilidad de que, tarde o temprano, los tratamientos de reproducción asistida arrojen los resultados deseados. Sin embargo, sus mayores porcentajes de éxito y cuotas de demanda no implican la garantía del éxito. De hecho, alrededor de un 10 % de los pacientes no logra el objetivo deseado.

Cómo encarar un posible fracaso de los tratamientos de reproducción asistida

A la hora de valorar la participación en un tratamiento de fecundación natural o reproducción asistida, hemos de tener en cuenta que una pareja o mujer puede estar entre ese 10 % que no puede conseguir la descendencia.

Resulta obvio que una predisposición positiva va a favorecer el éxito del tratamiento, pero también hemos de fijar unos límites relacionados, básicamente, con la constatación de la imposibilidad de tener hijos. En cierto modo, es un proceso similar al que se experimenta cuando se decide apostar por un tratamiento de reproducción asistida. Después de, por ejemplo, mantener relaciones sexuales sin protección a lo largo de un año, es un buen momento para asumir que existen dificultades para lograr un embarazo mediante el coito.

Pese a que, en un tratamiento de reproducción asistida, debe primar el optimismo, también hemos de estar preparados para encajar un posible fracaso. Por eso, en IREMA damos una gran importancia a la asistencia de una psicóloga para realizar un seguimiento del estado emocional de nuestros pacientes.

Y es que, sin lugar a dudas, el paso del tiempo sin conseguir los resultados esperados puede degenerar en un desgaste altamente perjudicial para la salud física y psíquica. En este sentido, la psicóloga puede ayudar a encarar con ánimo las probabilidades de éxito del tratamiento o afrontar cómo encajar la imposibilidad de que no fructifique.

Los profesionales médicos también podrán poner todos sus conocimientos y empatía a la disposición de la mujer o pareja interesada. Sin embargo, la decisión sobre cuándo poner fin a un tratamiento que se pueda estar revelando como improductivo no la han de tomar los responsables de la clínica.

Es una decisión propia y, en caso de que haya una pareja afectada, compartida. De hecho, el desgaste provocado por un tratamiento sin resultados a largo plazo puede llegar a poner en peligro una relación.

Hay diversos motivos que pueden influir en fijar un límite para el tratamiento, como los siguientes:

– Agotamiento de las posibilidades de los tratamientos

– Carencia de recursos económicos para afrontar el tratamiento

– Incapacidad para soportar el estrés de iniciar un nuevo tratamiento

– Embarazo de alto riesgo para la mujer o el feto

– Cumplimiento de los 50 años por parte de la mujer

En definitiva, fijar un límite es fundamental para no hacernos más daño. Cuesta imaginarlo, pero se trata, en cierto modo, de anticipar un duelo. Un duelo por un objetivo que no va a llegar.

¿Estás pensando en tener hijos? Acércate a IREMA. Sea cual sea tu problema para concebir, te ayudaremos. Velamos por tu salud y la de tu descendencia. Estamos en Beniarbeig, cerca de Denia y también en Gandía.

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