Los factores que aceleran el ya de por si rápido descenso de la capacidad reproductora de la mujer, a partir de cierta edad o tras recibir tratamientos médicos, convierten esta técnica en la mayor esperanza de éxito para una reproducción futura.
La nueva técnica de vitrificación de óvulos, denominada así para diferenciarla del procedimiento habitual de congelación lenta, consiste en la congelación ultrarrápida que impide la formación de cristales intracelulares, y permite unas tasas de supervivencia de los ovocitos a la descongelación del 82-96% con una tasa de fertilización posterior del 75-90 % y una tasa de implantación del 32-55%.
El proceso requiere una estimulación ovárica con hormonas y la aspiración de los ovocitos por vía vaginal bajo anestesia (sedación). Tras la vitrificación los ovocitos pueden quedar almacenados el tiempo deseado. Una vez que la paciente decide buscar embarazo, se descongelan y se fecundan con los espermatozoides que la paciente decida (pareja actual o banco de semen).
Hasta aquí la explicación básica de la ‘técnica estrella’, pero en nuestro próximo post te contamos, con la doctora Daniela Cummins, qué condiciones exactas son las que multiplican la eficacia de esta técnica y por tanto tu probabilidad de éxito.