La fecundación in vitro (FIV) mediante ICSI es una técnica avanzada de reproducción asistida utilizada cuando existe un factor masculino severo de infertilidad o cuando los métodos convencionales de FIV no han tenido éxito. A diferencia de la FIV tradicional, en la que el óvulo se mezcla con los espermatozoides en el laboratorio para que la fecundación ocurra de manera espontánea, en la ICSI se introduce directamente un espermatozoide dentro del óvulo mediante un proceso altamente controlado y preciso llamado microinyección intracitoplasmática.
Fecundación In Vitro mediante ICSI (Microinyección Intracitoplasmática de Espermatozoides)
¿En qué consiste la técnica FIV mediante ICSI?
El proceso de ICSI comparte varias fases con la FIV tradicional hasta el momento en que los óvulos son obtenidos y preparados en el laboratorio. A partir de ese punto, el tratamiento difiere significativamente. A continuación, describimos las fases clave de la ICSI:
1. Estimulación ovárica controlada y recuperación de ovocitos
La paciente se somete a un tratamiento hormonal para estimular el crecimiento de múltiples folículos en los ovarios. Una vez los folículos alcanzan el tamaño adecuado, se realiza la punción folicular, un procedimiento mínimamente invasivo mediante el cual se recuperan los óvulos. Estos ovocitos se recogen para ser procesados en el laboratorio.
2. Denudación de los ovocitos
Los óvulos recuperados se rodean de una capa de células que deben eliminarse para evaluar la madurez de los ovocitos. Este proceso de eliminación de las células circundantes se conoce como «denudación». Solo los ovocitos que hayan alcanzado el estadio de Metafase II, lo que equivale aproximadamente al 80%, son aptos para la microinyección espermática.
3. Microinyección espermática (ICSI)
El procedimiento de ICSI se realiza utilizando un micromanipulador especializado, que incluye un microscopio invertido que permite observar los ovocitos y espermatozoides a 400 aumentos. Mediante un brazo de micromanipulación, el ovocito es sostenido suavemente, mientras que el espermatozoide seleccionado se introduce directamente en el citoplasma del óvulo con otro brazo microinyector. Esto asegura la fecundación, incluso en casos de baja movilidad o calidad espermática, y garantiza que un único espermatozoide penetre el óvulo, reduciendo el riesgo de fallos en la fertilización.
4. Cultivo embrionario en incubadores controlados
Una vez inyectados los espermatozoides, los ovocitos se colocan en incubadores que replican las condiciones fisiológicas del cuerpo humano. La temperatura se mantiene constante a 37°C y la concentración de CO2 se ajusta al 6%. Este entorno controlado asegura las mejores condiciones para que ocurra la fertilización. Aproximadamente 1618 horas después de la microinyección, se evalúa si la fecundación ha sido exitosa.
5. Desarrollo embrionario y transferencia al útero
Los óvulos fecundados, ahora convertidos en embriones, se dejan desarrollar en el laboratorio hasta el día 5 o 6, cuando alcanzan la fase de blastocisto expandido. Este proceso, conocido como cultivo prolongado, permite una selección embrionaria más precisa, aumentando las tasas de implantación y éxito del embarazo.
6. Criopreservación de embriones sobrantes
Si se obtienen más embriones de buena calidad de los necesarios para la transferencia inicial, estos pueden ser criopreservados para su uso futuro. Esto evita la necesidad de una nueva estimulación ovárica en caso de que la paciente desee un segundo intento de embarazo o una futura transferencia embrionaria.
Ventajas de la FIV mediante ICSI
- Altas tasas de éxito en casos de infertilidad masculina severa: La ICSI es la opción preferida cuando el recuento de espermatozoides es extremadamente bajo, los espermatozoides presentan problemas de movilidad o morfología, o hay dificultades para obtener espermatozoides viables.
- Control preciso del proceso de fecundación: Al inyectar el espermatozoide directamente en el ovocito, se elimina la necesidad de que el espermatozoide atraviese las capas naturales del óvulo, superando así barreras fisiológicas que puedan estar causando la infertilidad.
- Optimización del uso de los ovocitos disponibles: La ICSI maximiza las posibilidades de fertilización en casos donde se han recuperado pocos ovocitos, aprovechando cada uno de ellos al máximo.
Aplicación de la ICSI en diferentes casos
La ICSI se recomienda en una amplia variedad de situaciones, incluyendo:
- Hombres con problemas severos en la calidad del semen (oligozoospermia, astenozoospermia, teratozoospermia).
- Casos previos de fallos de fertilización en ciclos de FIV convencionales.
- Infertilidad causada por bloqueo o daño en las trompas de Falopio.
- Presencia de anticuerpos antiesperma en el hombre o la mujer.
- Hombres que han recurrido a procedimientos de recuperación de espermatozoides (biopsia testicular o aspiración epididimaria).
En definitiva, la FIV con ICSI es una técnica puntera que ofrece una solución eficaz a parejas que enfrentan problemas de fertilidad complejos, brindando la posibilidad de alcanzar el embarazo incluso en las circunstancias más difíciles.